Una pintura alegórica es aquella en la que se representa algo que tiene un significado simbólico. Hace ya unos siglos este género fue popular en España. Entre las obras alegóricas españolas más famosas encontramos, por ejemplo, las de Francisco de Goya. El pintor español realizó unas cuantas, aunque no fueron muchas, de las cuales tres se pueden encontrar actualmente en el Museo del Prado de Madrid.
Pese a que, como ya he mencionado anteriormente, hay tres pinturas, inicialmente el número ascendía a cuatro, pero una de ellas se perdió con el paso del tiempo. Estas cuatro obras representaban el comercio, la ciencia (la cual está perdida), la industria y la agricultura. Se dice que esta elección es debida a que estos eran los pilares de la economía ilustrada.
Como sucede con otras obras del mismo pintor, estas también fueron encargadas por alguien. Concretamente fueron encargadas por Manuel Godoy, el que fuera primer ministro de Carlos IV. El uso que se le pretendía dar era el de decoración del palacio ubicado frente al Palacio Real, actualmente conocido como Palacio de Godoy. Estas pinturas se colocaron en la antecámara situada entre la entrada principal y la escalera monumental.
Con el paso del tiempo estos tondos se quedaron colgados en el palacio, que tuvo varios propietarios, principalmente instituciones públicas. Finalmente, ya en el 1932, fueron trasladados al Museo del Prado para ponerlas a disposición del público.